martes, 16 de noviembre de 2010

Del miedo, el dolor y el odio

Transcribo para ti las sabias palabras de Sri Amma y Bhagavan, gurúes de La India, creadores de la Bendición de Unidad conocida como Diksha, transmisión de energía por imposición de manos con el fin de generar conciencia. Te invito querido visitante a que leas las palabras que siguen con el corazón, no con la mente, no con los ojos sino desde un lugar más cercano a tus vísceras:

Uno de los principales requisitos para tener buenas relaciones es tener seguridad adecuada. Si hay inseguridad sin duda surgirán conflictos. La seguridad financiera es una contribución muy importante para el sentido de estabilidad que cualquiera experimenta. Es por eso que cuando hay un déficit financiero, el miedo y la inseguridad resultantes tienen la tendencia de mostrarse en las relaciones.

Para poder manejar la situación necesitas entender la segunda ley espiritual que rige el destino, la Ley de las Emociones.

El Universo dice: "Manifiestas lo que temes, manifiestas aquello que odias, manifiestas lo que amas".

Primero entendamos la diferencia entre pensamientos y emociones. Los pensamientos son ocurrencias azarosas que en realidad no te lastiman, no pueden asustarte, no tienen tal fuerza que los respalde. Las emociones, por otro lado, son pensamientos cargados de intensidad, pensamientos que son repetitivos, entonces con lo que estamos lidiando aquí, son emociones y no puros pensamientos.

"Manifiestas lo que temes" dice la ley. El miedo es una emoción primigenia, se puede decir que es la madre de todas las emociones dolorosas. Los celos, son el miedo a ser descartado, la ira es el miedo a no saber qué más hacer, el dolor es el miedo a ser ignorado o insultado y podríamos continuar infinitamente.

Entendamos esto a través de una pequeña historia:

Una vez en los Estados Unidos, se extendió la noticia de que un asesino serial estaba matando a mucha gente y se le advirtió a la población que no recibiera extraños en sus casas. Había una anciana que ignoraba todo esto y que vivía en los suburbios completamente sola, era una noche lluviosa y de repente alguien entró a su casa. Al despertar de su apacible siesta en su mecedora, la anciana vio a un hombre parado frente a ella completamente mojado y armado con un garrote. Ella lo vio iluminado por la luz de una vela y le dijo:"hijo, debes de tener frío y estás mojado, sécate y caliéntate". El hombre estaba confuso y por unos momentos soltó el garrote y se sentó junto a la chimenea. La anciana continuó: "Debes de tener hambre, hijo, ve a la cocina y come algo". Él comió lo que encontró en la cocina y salió de la casa hacia la oscuridad de la noche. Cruzó la calle corriendo y entró en la siguiente casa. Mientras la familia gritaba de terror, él usó su arma en ellos.

¿Por qué la respuesta del asesino fue tan diferente en uno y otro caso? Por que tú eres el combustible para las respuestas que las otras personas tienen contigo. Ya que la anciana no tenía miedo, el asesino serial no pudo lastimarla, en tanto que los que se aterrorizaron fueron asesinados.

Si bien este es un ejemplo extremo, el principio se extrapola adecuadamente a la vida de cualquiera: tu atraes las personas y eventos que temes.

Reflexiona: ¿Cuáles son las situaciones en torno a las que gira tu miedo?, ¿Cómo se trasmuta tu miedo?, ¿Se convierte en celos o ira? ¿En dolor? ¿O se convierte también en paz?

De la misma manera,"Tú manifiestas lo que odias". Al odiar el abuso verbal por años, te regodeas en él. ¿Cuántas veces en la vida has tenido que morderte la lengua para decir y hacer exactamente las cosas a las que te oponías y que odiabas? Tú odias esta energía y la liberas hacia el Universo y el Universo la rebota.

Sin embargo, la ley también dice:"Tú manifiestas lo que amas".  Si amas, visualizas y deseas algo, el universo se apresura a dártelo. Con frecuencia la vida da una vuelta brusca y tu amor y pasión se van en picada. En lugar de invertir energía en odiar, inviértela en amar. En lugar de temer el conflicto, ama la paz, en lugar de odiar la pobreza, ama la riqueza.

Pero ¿cómo es que las emociones que son el mero resultado de reacciones bioquímicas en tu cerebro toman tal fuerza? Las emociones que no son reconocidas y aceptadas por ti en el curso de tu vida se acumulan en las capas más profundas el inconsciente y todo lo que es rechazado regresa con más fuerza y distorsionado. Es por eso que cuando las personas se complacen en la regularidad de los conflictos familiares sus problemas se complican aún más hasta convertirse en una situación sin salida.

¿Cuál es la solución a todo esto? A pesar de todos nuestros esfuerzos y buenas intenciones, el miedo y la decepción persisten. De ahí que la única solución es reconocer y aceptar el hecho de su existencia sin esconderse de ellos. Esto es ser íntegro.

Cualquier cosa que es reconocida y aceptada deja de ser destructiva. Esto no quiere decir que vayas por ahí hablando y expresando estas emociones con las personas que te rodean.

Lo único que necesitas hacer es ser íntegro contigo mismo(a) y eso involucra tres simples pasos:

1. Siéntate calladamente y observa tu respiración,
2. Muévete a un espacio de paz y relajación.
3. Reconoce esa emoción, ya sea miedo, dolor u odio. Repítete a ti mismo: "si, estoy dolido(a), tengo miedo o estoy enojado(a)". Está bien.

Una afirmación interna de la verdad ayuda a aceptarte y abrazarte a ti mismo(a).

Esta práctica la puede hacer cualquiera, en cualquier momento cuando las emociones estén bloqueadas o cuando la vida va en la dirección no deseada, para regresarla hacia la abundancia y la satisfacción. Si tu cultura lo permite, podrían sentarse a orar en familia durante los momentos de stress. Comprobarás que será un gran catalizador de energía e invocará la Gracia de la Divinidad a tu vida.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Del fantaseo, la queja y el parloteo

Tres actividades que conforman y confirman prácticamente toda la experiencia del sufrimiento humano son el fantaseo, la queja y el parloteo.

Comencemos por aclarar un error conceptual sumamente difundido en las escuelas de pensamiento occidental moderno: el ser no es su mente, no lo es, la mente es sólo una esfera de quehacer, de experiencia mundana. La mente como entidad debe ser educada y domesticada a fin de utilizarla para lo que fue concebida en el gran plan original. El riesgo que contraemos al fallar u obviar esta tarea es que la mente desbocada nos juegue malas pasadas.

Una mente no entrenada vuela hacia lugares que ella elige por nosotros, entonces es fácil que genere ideas tales como: mi pareja ya no me ama, me van a robar, voy a perder todo lo que tengo, moriré solo(a) y sin amor, etc. Ideas que normalmente generan sufrimiento y que nada tienen que ver con la experiencia presente, simplemente son fabricaciones, ilusiones, conclusiones que se refieren a un futuro que no existe y que con probabilidad nunca existirá. De igual modo, la mente libre va hacia el pasado y selecciona con perversa exactitud aquellos eventos que vivimos como tristes o angustiantes, recobrando esas sensaciones en el aquí y en el ahora, sensaciones que no corresponden al contexto de realidad que estamos viviendo. Algunos eligen generar fantasías de lo que les gustaría tener o ser, se imaginan entonces millonarios, atléticos, enamorados, etc. Al final la realidad contrasta con la fantasía generando desilusión, al final lo único que hay es tiempo perdido.  Te pido que por un momento interrumpas esta lectura y que observes tu entorno, observa tu computadora, la mesa en la que se apoya, las paredes que te rodean, las personas que se encuentran ahí. El clima, la atmósfera y verás que en el aquí y ahora, las cosas están bien. Están bien y tu no necesitas nada, nada necesitas, no necesitas tu computadora, ni a las personas que te rodean y con toda seguridad después de tomar un poco de agua tampoco necesitarás de ella. En el ahora, no necesitamos y cuando no necesitamos podemos experimentar la verdadera libertad, paz interna y bienestar, pero esto sólo se logra callando a la mente, controlando su flujo de pensamientos, seleccionando aquellos que me hacen bien y dejando pasar los otros de manera rápida.

Recuerda esto: a tu mente le gusta viajar del pasado al futuro y viceversa, no le gusta el presente porque en el presente se aquieta y tu mente es un pequeño hiperactivo ávido de movimiento, detén tu mente y haz que se calle, que se enfoque en el ahora y vivirás el bienestar.

Las quejas son otro mecanismo pernicioso. La queja es la perpetuación del malestar temporal. Un evento tiene lugar en nuestra realidad, es un evento que nos genera molestia o disconfort. Es un evento de corta duración, como todos los eventos en la vida. Entonces el ser humano ávido de atención reclama, cuenta, recuenta, se queja una y otra vez reviviendo el evento y convirtiéndolo en una experiencia duradera. La ponchadura de la llanta por la mañana, la discusión con la pareja, el malentendido con el jefe o la situación económica del país, todo esto es pasajero y temporal, pero lo convertimos en eventos de días, de meses, de años a través de la queja.

Te comparto uno de los saberes más profundos de la Cábala: "La vida no te da lo que quieres, te da lo que necesitas".  Entonces ¿para qué quejarse? Mejor ocúpate, reflexiona, vivencia, integra, ¿qué me quiere enseñar la vida a través de esta experiencia? ¿cuál es el aprendizaje detrás de estos eventos? No te quejes más y evitarás un enorme monto de sufrimiento.

El parloteo (o chismorreo) es otro de esos elementos generadores de sufrimiento. La descarga de energía a través de la palabra mal empleada es brutal. Decía Martín Dematéis que en cierto periodo de su vida en que pasó cierto retiro espiritual, los únicos días en que se había sentido fatigado eran en los que hablaba con otras personas. Adicionalmente, hay que tomar en cuenta el grave peligro que el parloteo encierra: desboca la mente, no la controla sino que promueve su libre transitar por ideas, pensamientos, sensaciones. Los buenos chismes casi nunca tienen que ver con cosas agradables, positivas o que enaltecen a los protagonistas, más bien tienen que ver con desgracias, con críticas (cada vez que criticas a alguien, tu aura se fisura y permite la entrada de energías que no deberían mezclarse con la tuya), con ideas insidiosas y opiniones injustificadas al respecto de los demás. Los chismes en sí generan un estado de energía de muy baja frecuencia, pesada, densa, además de que impiden que el hablante se autoobserve, generando inconsciencia, falta de atención, sufrimiento.

En suma, la mente controlada, los pensamientos seleccionados, la aceptación de los eventos cotidianos como eso, sólo eventos y el silencio interno como modo de vida son las llaves para una experiencia de vida más armónica y feliz. Inténtalo, no es tan difícil, te llevará a vivir en el aquí y en el ahora y no hay mejor momento para estar. La plenitud está a tu alcance hoy.