lunes, 1 de noviembre de 2010

Del fantaseo, la queja y el parloteo

Tres actividades que conforman y confirman prácticamente toda la experiencia del sufrimiento humano son el fantaseo, la queja y el parloteo.

Comencemos por aclarar un error conceptual sumamente difundido en las escuelas de pensamiento occidental moderno: el ser no es su mente, no lo es, la mente es sólo una esfera de quehacer, de experiencia mundana. La mente como entidad debe ser educada y domesticada a fin de utilizarla para lo que fue concebida en el gran plan original. El riesgo que contraemos al fallar u obviar esta tarea es que la mente desbocada nos juegue malas pasadas.

Una mente no entrenada vuela hacia lugares que ella elige por nosotros, entonces es fácil que genere ideas tales como: mi pareja ya no me ama, me van a robar, voy a perder todo lo que tengo, moriré solo(a) y sin amor, etc. Ideas que normalmente generan sufrimiento y que nada tienen que ver con la experiencia presente, simplemente son fabricaciones, ilusiones, conclusiones que se refieren a un futuro que no existe y que con probabilidad nunca existirá. De igual modo, la mente libre va hacia el pasado y selecciona con perversa exactitud aquellos eventos que vivimos como tristes o angustiantes, recobrando esas sensaciones en el aquí y en el ahora, sensaciones que no corresponden al contexto de realidad que estamos viviendo. Algunos eligen generar fantasías de lo que les gustaría tener o ser, se imaginan entonces millonarios, atléticos, enamorados, etc. Al final la realidad contrasta con la fantasía generando desilusión, al final lo único que hay es tiempo perdido.  Te pido que por un momento interrumpas esta lectura y que observes tu entorno, observa tu computadora, la mesa en la que se apoya, las paredes que te rodean, las personas que se encuentran ahí. El clima, la atmósfera y verás que en el aquí y ahora, las cosas están bien. Están bien y tu no necesitas nada, nada necesitas, no necesitas tu computadora, ni a las personas que te rodean y con toda seguridad después de tomar un poco de agua tampoco necesitarás de ella. En el ahora, no necesitamos y cuando no necesitamos podemos experimentar la verdadera libertad, paz interna y bienestar, pero esto sólo se logra callando a la mente, controlando su flujo de pensamientos, seleccionando aquellos que me hacen bien y dejando pasar los otros de manera rápida.

Recuerda esto: a tu mente le gusta viajar del pasado al futuro y viceversa, no le gusta el presente porque en el presente se aquieta y tu mente es un pequeño hiperactivo ávido de movimiento, detén tu mente y haz que se calle, que se enfoque en el ahora y vivirás el bienestar.

Las quejas son otro mecanismo pernicioso. La queja es la perpetuación del malestar temporal. Un evento tiene lugar en nuestra realidad, es un evento que nos genera molestia o disconfort. Es un evento de corta duración, como todos los eventos en la vida. Entonces el ser humano ávido de atención reclama, cuenta, recuenta, se queja una y otra vez reviviendo el evento y convirtiéndolo en una experiencia duradera. La ponchadura de la llanta por la mañana, la discusión con la pareja, el malentendido con el jefe o la situación económica del país, todo esto es pasajero y temporal, pero lo convertimos en eventos de días, de meses, de años a través de la queja.

Te comparto uno de los saberes más profundos de la Cábala: "La vida no te da lo que quieres, te da lo que necesitas".  Entonces ¿para qué quejarse? Mejor ocúpate, reflexiona, vivencia, integra, ¿qué me quiere enseñar la vida a través de esta experiencia? ¿cuál es el aprendizaje detrás de estos eventos? No te quejes más y evitarás un enorme monto de sufrimiento.

El parloteo (o chismorreo) es otro de esos elementos generadores de sufrimiento. La descarga de energía a través de la palabra mal empleada es brutal. Decía Martín Dematéis que en cierto periodo de su vida en que pasó cierto retiro espiritual, los únicos días en que se había sentido fatigado eran en los que hablaba con otras personas. Adicionalmente, hay que tomar en cuenta el grave peligro que el parloteo encierra: desboca la mente, no la controla sino que promueve su libre transitar por ideas, pensamientos, sensaciones. Los buenos chismes casi nunca tienen que ver con cosas agradables, positivas o que enaltecen a los protagonistas, más bien tienen que ver con desgracias, con críticas (cada vez que criticas a alguien, tu aura se fisura y permite la entrada de energías que no deberían mezclarse con la tuya), con ideas insidiosas y opiniones injustificadas al respecto de los demás. Los chismes en sí generan un estado de energía de muy baja frecuencia, pesada, densa, además de que impiden que el hablante se autoobserve, generando inconsciencia, falta de atención, sufrimiento.

En suma, la mente controlada, los pensamientos seleccionados, la aceptación de los eventos cotidianos como eso, sólo eventos y el silencio interno como modo de vida son las llaves para una experiencia de vida más armónica y feliz. Inténtalo, no es tan difícil, te llevará a vivir en el aquí y en el ahora y no hay mejor momento para estar. La plenitud está a tu alcance hoy.

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