sábado, 11 de junio de 2011

Del cómo vivir los instantes.

Todos hemos sido testigos de lo frágil que es la condición presente, cualquiera que ésta sea.

En un instante todo puede cambiar: un tsunami puede barrer una población completa en unos cuantos segundos, una visita al médico puede alterar nuestra percepción total de la vida, en un segundo la relación de pareja por la que hemos trabajado tanto, vivido y sufrido puede disolverse. Todo puede cambiar en un instante. De hecho todo cambia en instantes. Esa es la constante.

Debemos estar acostumbrados y preparados al cambio en cualquiera de sus formas. Esperar que las cosas permanezcan como están es una falacia total, un absurdo, un sin sentido que nos llevará directamente al sufrimiento.

De ahí lo importante del disfrute del momento presente. Ver la vida como una suma de momentos, sabiendo que cada momento va a terminar y pronto, te puede ayudar a valorarlos, a vivir intensamente la experiencia presente con todas sus circunstancias e implicaciones.

Si es momento de llorar, llora, llora profundamente, si es momento de reír, ríe profundamente, si es momento de abrazar, abraza profundamente. Todo esto pasará y nadie lo recordará mas que tu. No importa el tipo de vivencia que la vida te tenga preparada o que tu te hayas generado, lo que importa es que tengas esa capacidad de conexión profunda con cada momento, con cada instante. De esa manera tus hechos hablarán por ti. Estando presente creas, haces una diferencia, te manifiestas presente, no observador, sino participante activo de la experiencia.

Mucha gente pierde el tiempo haciendo planes a largo plazo. Necesitamos entender que la vida, por fortuna, es una condición cambiante. Entre más largo el plazo de tus planes, más fantasiosos se vuelven. ¿Cuántos planes a largo plazo se cumplen? Me gustaría hacer una encuesta acerca de eso. De cualquier manera, quien está preocupado por cumplir una meta a largo plazo, se olvida del momento presente, de tal modo que incluso logrando el objetivo plantado originalmente puede llegar a experimentar insatisfacción. Es perfectamente lógico, éstas personas están más enfocadas en el futuro que en lo que tienen frente a las narices.

Esto de ninguna manea quiere decir que no es necesaria una dirección, una congruencia o una especie de mapa que nos direccione hacia el tipo de vida que queremos vivir.  Una vida tipo "veleta" no sllevará de igual modo a un lugar de insatisfacción. Sin embargo, nuestro mapa no es el territorio y debe de tener capacidad de adaptación a los cambios que la vida nos plantea.

En este sentido, alguna vez escuchaba a alguien decir que una vida bien vivida incluye éxitos, fracasos, cambios radicales y pasión.

Por eso hoy te digo, procura vivir con pasión y a través de ella. La pasión no entiende de futuros ni pasados, la pasión es la fuerza que te conectará con el momento presente de manera más clara y contundente. La pasión es hoy, la pasión es ahora, la pasión es aquí. La pasión además es pasajera, es un instante que espero puedas atrapar la mayor cantidad de veces que la vida te la ofrezca gratuitamente y que espero de igual forma, sepas construir el resto del tiempo.

"Pierde más el que ha perdido la pasión que aquel al que la pasión le pierde". Voltaire.