jueves, 28 de junio de 2012

De la novedad

Como dice Joaquín Sabina, si consideras que el riesgo es peligroso, intenta la rutina, esa con toda seguridad te acaba.

Entendamos una cosa segura, la rutina es infaliblemente devastadora. La rutina es uno de los principales males de la humanidad, junto al hambre, la pobreza o la guerra. La rutina acaba con sueños, con metas, con vidas enteras, la rutina toma y devasta territorios enteros, deja los corazones vacíos y yermos. La rutina arruina matrimonios, carreras, desvía las acciones, desorienta a los viajeros y los hace llegar a destinos que nunca se imaginaron. La rutina, como la hipertensión, es el asesino silencioso, se instala, llega sin avisar, es casi imposible erradicarla porque es casi imposible identificarla. La rutina permanece paciente, día tras día, hora tras hora, minuto a minuto hasta que encuentra esa ventana, ese descuido y se cuela hasta el fondo, hasta el alma. Una vez ahí, la rutina devorará rapaz todo lo que encuentre, exprimirá hasta el último suspiro, hasta el último sueño, dejará ojos vacíos, vidas sin sentido e instalará al una vez despierto, ahora soñante en un aura de comodidad gris donde le abandonará a su suerte. La rutina mata, mata gente, mata gente joven, vieja, hombres y mujeres.

Sólo los niños son inmunes a ella. Los niños cuentan con una alarma que se va perdiendo con el tiempo: el aburrimiento. Los niños rara vez caen en él, ellos siempre saben lo que quieren, cuando tu eras niño siempre, invariablemente sabías lo que querías, no desvariabas, no dudabas, simplemente operabas bajo una directriz: tu satisfacción. Tal vez lo que buscabas no era operable, pero tu sabías que lo querías. Cuando no encontrabas satisfacción por un periodo considerable, te aburrías. El aburrimiento te impelía a la acción, al cambio, al movimiento. Poco a poco te fuiste acostumbrando a esa sensación hasta que se volvió un modus vivendi.


No te engañes, hay mucha gente muerta caminando entre nosotros, gente enrutinada, gente que busca más dinero, más reconocimiento, más poder, más algo... gente que nunca va a estar satisfecha con lo que tiene y que por ende nunca lo estará sin importar lo que acumule. Y entonces nos encontramos con aburrimientos crónicos, gente de 30, 40 ó 50 años que llevan muertos 15. 20, 30 años.

La psicoterapia gestáltica promueve la novedad como muestra de salud mental. De tal modo que un paciente gestáltico será alentado a probar nuevos modos de relación con le mundo, nuevas metodologías de vida, nuevos paradigmas de comportamiento y de sentimiento.

Como dijera Odín Dupeyrón: si no te daña o te pone en riesgo, tienes la OBLIGACIÓN de probarlo todo al menos una vez en la vida.

Prueba de TODO. Deja de buscar los mismos métodos de diversión, los mismos lugares, las mismas personas. Si no te pone en riesgo o te daña, prueba. Habrá mil cosas que no te gusten pero ya las habrás vivido. Mente abierta a la experiencia y novedad como norma.

Las personas que viven buscando la novedad, viven, no transcurren, despiertan del letargo en que la rutina los tenía y se alejan del hechizo de la comodidad que mata, que vacía, que seca.

La novedad te mantendrá vivo, con las células contentas, con una sonrisa en el rostro, con sangre corriendo por tus venas. La novedad es el antídoto a la muerte, a la sequía, a la vejez.

La novedad como guía. Inventa, innova, vive...