jueves, 24 de mayo de 2012

De las motivaciones y los comportamientos.

Con frecuencia las personas son capaces de identificar con claridad los comportamientos que consideran disfuncionales. Dicen: "no debería enojarme por esto", "no logro ponerme las pilas en esta situación", "no puedo mantener la dieta", "cuando ocurren estas circunstancias no se que hacer".

La mayor parte de las veces, el individuo trata de incidir en su comportamiento generando una conducta nueva, una conducta que considera funcional. De esta manera casi todos buscan "ahora si" levantarse temprano diariamente, "ahora si" armarse de valor para hablar con el jefe, "ahora si" dejar esa relación que tanto les contamina o sus propias adicciones, etc. Una vez iniciado el nuevo comportamiento, el individuo se topa con la dificultad de mantenerlo, casi siempre olvida la nueva conducta y regresa a la disfuncionalidad de origen, cada vez más decepcionado, cada vez más escéptico, contemplando la posibilidad de cambio como algo lejano y difícil,

La primera invitación que te hago es a que observes tus comportamientos como una resultante, no como una causa. Creemos que los comportamientos son la causa de nuestros males, sin embargo, todos los comportamientos tienen una motivación, esa motivación es la causa real de nuestros males. 

¿A qué me refiero cuando te hablo de "una motivación"? Quiero que te imagines a un hombre, si hiciéramos una encuesta la mayoría de los encuestados opinarían que es un hombre físicamente poco atractivo, más bien feo. Sin embargo, este hombre se siente muy seguro de sí mismo, tiene aplomo, tiene carisma y sabe explotarlo, de tal modo que es agradable para casi todas las personas que conoce, es el alma de las fiestas y muchas son las mujeres que quieren entablar una relación con él. Ahora quiero que te imagines a un segundo hombre, un hombre que en la misma encuesta sería calificado por la mayoría como un hombre guapo, sin embargo, este hombre se siente torpe e inseguro, de tal modo que si va a la misma fiesta permanece escondido en un rincón sin hablar con nadie. Desde su torpeza es hosco en el trato, desde su inseguridad logra aburrir y repeler a la gente que se le acerca.

En ambos casos te estoy planteando comportamientos que tienen su raíz en un conjunto de creencias muy definidas. El primero se cree capaz socialmente, el segundo no y sus comportamientos están diseñados para sustentar el sistema de creencias del cual nacieron.

Todos los comportamientos que tu generas tienen su raíz en un conjunto de creencias específico. Si tus comportamientos no te están llevando a los resultados que buscas, por más modificaciones conductuales que hagas llegarás inevitablemente al mismo resultado, dado que la raíz de tus comportamientos permanece inalterada. Si quieres obtener resultados distintos, la pregunta "¿qué hago diferente?" resulta poco productiva, no es en el hacer en donde se encuentra la disfunción, es en el sistema de creencias que lo soporta y es ahí a donde debes de dirigir toda tu atención. 

Las preguntas poderosas y que requieren pronta atención y respuesta tienen que ver con: ¿qué creencias me llevan a estos comportamientos? ¿desde cuándo vengo generando este comportamiento, qué ocurrió en ese momento de mi vida? ¿quién en mi vida se comportaba de la misma manera? ¿por qué razón o razones estoy identificado(a) con esa persona de mi vida en estos comportamientos?

Necesitamos entender que las creencias son experiencias emocionales, en la búsqueda por alterar un comportamiento vamos topando con ellas y confrontándolas para transformarlas. Las creencias que han logrado generar comportamientos dolorosos, agresivos o que nos alejan de nuestro bienestar, están cargadas de significados emocionales dolorosos y de miedo. Es importante que estés consciente de que en la búsqueda de comportamientos eficaces, necesariamente te confrontarás contigo mismo(a) en tu dolor y tu miedo. Sé valiente. Te lo mereces. Sé valiente y revísate, sé valiente y encuentra tu parte obscura, sé valiente y reedita tu historia y tu vida.

1 comentario:

  1. Como dicen: cuando entras a un cuarto obscuro y prendes la luz puedes ver lo que hay dentro de ella. Asi como observar, para hacer eso consciente, es como prender esa luz. Si vamos más allá de la psicología, más allá de la mente, por ejemplo, si acepta ese “hombre guapo” que es esa obscuridad, que es esa inseguridad. Quizá es algo aprendido, por creencias, dogmas, etc…pero con la aceptación de que es eso, sin negar, sin dividir. Estaría unificando,nos negamos tanto, siempre tenemos que ser algo más!!,debería...debería ser social, pero cuando nos han dicho solo ¡se tu mismo! Saludos y abrazos :)

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